miércoles, 25 de mayo de 2011

Yo y Bob Dylan


Proximamente tendré 25 años de existencia, ayer Dylan alcanzó los 70 años … algo así como casi el triple de lo que yo tengo. Lo conocí cuando rondaba yo en los 17 o 18 años, lo escuche por primera vez. No recuerdo la canción exacta, no se porque pero estoy seguro que con anterioridad ya lo había escuchado. La instrumentación medio austera y de tintes campiranos siempre me parecio apacible, un refugio donde cobijarme de la tormenta del rock. La influencia que supuso en The Beatles y en la música popular contemporánea (según mil y un criticos especializados del rock y demás) fue un gancho para arrastrarme a sus creaciones coronadas por letras casi “místicas” mejor dicho míticas.



Para mi nunca llegó ese misticismo, más bien la crudeza de las imágenes representadas, mezclada con la astucia de las rimas, la incoherencia de algunos pasajes y la ironía emparejada con el cínismo, fue la cumbre de la delicia al escucharlo, al traducirlo , al leerlo y al imaginarlo en ese momento de la creación músical. Momento que sólo se vive una vez pero que afortunadamente en Dylan se ha repetido al paso de los años.



Tuve el gusto de verlo en concierto un par de veces. Entre tantas canciones tocó varias de mis favoritas. Desolation Row, Ballad of a thin man, Forever Young, It´s all right ma (i´m only bleeding) y por supuesto Like a Rollig Stone, que siempre he defendido como la mejor canción de la historia. Fanatismos mios.



Bob seguirá siempre por aquí, es un hecho. Al menos en mí vive y con eso tengo.