El mundial de futbol es un espectáculo, uno
de los más importantes desde su creación en la década de los 30 y así con el
paso de los años, cada 4, sigue demostrando su valor sobre la faz de la Tierra… but now it’s over , se acabó. Este 13 de julio finalizó el mundial
de Brasil 2014 dejando como campeón a la selección de Alemania. Como espectáculo
esta edición funcionó muy bien por diversos puntos de los que me gustaría dejar
mi reflexión plasmada en las siguientes palabras.
La emoción que se genera por estos
encuentros de futbol es mayor que por cualquier otro partido que se juegue, y
para que esto suceda efectivamente tiene uno que entrar a la convención de que
estás viendo a los mejores equipos con los mejores jugadores del mundo y que
estos están dejando el alma y cuerpo en cada jugada, en cada balón que se
disputa y que cada gol anotado es un paso a la gloria deportiva.
Si entramos en este mundo tenemos ya las
emociones aseguradas, y por qué no empezar por el primer gol que cayó en el
mundial y que auguraría el mal sueño que sería para el anfitrión esta competencia.
Un autogol del jugador Marcelo fue el primer tanto que se marcó en este
mundial. El defensa brasileño empujo circunstancialmente la pelota en su propia
portería dándole la ventaja a Croacia, en su estadio y delante de la multitud
eufórica el silencio se hizo. Brasil como sociedad no venía del mejor de los
ánimos debido a protestas de diversos sectores y el ojo crítico en el resto del
mundo por los gastos excesivos en la realización y remodelación de estadios e
infraestructura ( incluso un puente se caería poco después); el contraste entre
el lujo de las sedes deportivas con los barrios más pobres del Brasil hacía eco
en medios de comunicación diversos que visitaban las favelas y entrevistaban
niños y adultos algunos no conformes con las políticas que llevaron al país a
obtener la sede mundialista pero endeudándose sin ofrecer solución a la
desigualdad. El autogol era balde de agua fría para quienes estas incomodidades
del mundo de la política debían dejarse de lado siempre y cuando la selección
hiciera lujo del jogo bonito que
tanta fama les a dado a los cariocas.
No pasaron muchos minutos de caras tristes
y las reflexiones se quedaron a un lado cuando apareció Neymar, el joven héroe
brasileño, para anotar un gol, empatar el partido e inyectar la fuerza
suficiente para ganar el encuentro 3-1. Que continúe la fiesta., aquí no ha
pasado nada. Ese 12 de junio se había inaugurado el mundial en su edición 2014
y ya nada lo podría detener.
México debutaría al día siguiente ganando y
dando ilusiones a propios y extraños, Ilusiones que fueron creciendo en el partido
contra los anfitriones, ‘ni un gol
pudieron meternos’ y que quedarían
reforzados al ganar ‘inmejorablemente’ el 3er partido. Las ciudades se
semi-paralizan cuando juega la selección, los trabajos dan oportunidad a los
empleados de ver los partidos y de emocionarse, muchos faltan a sus labores y
organizan la reunión con botana y cerveza y por noventa minutos hay tensión
acompañada de alegría y catarsis detonada por 11 jugadores cuyo objetivo es no
dejarse perder. Poco importa cómo se gane.
Sorpresas hubo para España los campeones
defensores y en su debut Holanda les anoto nada más 5 goles, bajando la moral
como pocas veces se había visto a un equipo campeón que a la postre no
calificaría a la siguiente fase, pero tampoco lo hicieron selecciones ‘grandes’ como Inglaterra o Italia. Así es el fútbol así es la vida, no todos
pueden ganar y el renombre o la camiseta no lo es todo para fortuna de equipos
como Costa Rica que dió la grata sorpresa y avanzó a buen paso.
El
Espectáculo
El show mundialista estaba cubierto por 32
cámaras de video en cada partido de las cuales la novedad era la cámara de la
portería cuya gracia consistió en
determinar si la pelota rebasaba la línea de gol o no. Un par de goles
fueron marcados gracias a esta tecnología, pero a mi modo de ver este
despliegue tecnológico desató una nueva polémica: ¿deberá e usarse esta
infraestructura se debe también usar para marcar faltas y fuera de lugar y así
evitar anular goles, castigar severamente a quienes no respetan el juego limpio
o dejar en el suelo a los que se clavan en el área buscando un penalti?. El
meollo de todo radica en la repetición instantánea y en que hay pantallas
gigantes en los estadios, así que el espectador tiene ya más razón y pruebas
que un árbitro en el terreno de juego. Antes no era así, sólo se tenía un
ángulo de la falta y la repetición venía varios minutos después o en años más
antiguos hasta el final, por lo que la tensión se esfumaba con la decisión del
de negro. Hoy en día estas repeticiones en el instante siguiente a que ocurrió
una acción polémica hacen que el árbitro sea reducido a mero coordinador y no
conserve su jerarquía de juez. Los tiempos cambian.
La televisión en vivo une al mundo de una
manera excepcional pero esta se vio remplazada por el internet y sus redes
sociales donde en la mano y con solo el teléfono celular o computadora podía
uno saber los marcadores y estadísticas, y no solo eso, lo más importante es
poder conocer que piensan acerca de lo que está ocurriendo en un partido, tus
conocidos y no tan conocidos a través de redes sociales sobre todo por los memes.
El grito de eeehhh puto! Se volvió conocido
a nivel mundial, Suarez apareció como un drácula deportista, Neymar como el divo que se termino quebrando(‘Un capítulo de Los Simpsons predijo el
futuro’) , y por supuesto Robben como un clavadista olímpico.
La palmface del logo oficial del mundial. Una simpática niña les compuso su
canción a los holandeses y fue la sensación. Los aficionados japoneses limpiando la basura que dejaban durante
sus partidos, El señor brasileño que lloraba después de la goliza propinada por
Alemania, para luego hacer un gesto de bondad con una niña Alemana, también el
pesar de los redentores de amplia conciencia
que no se cansaban de replicar imágenes acerca del ‘robo de petróleo al país’durante los partidos de México y que acusan
del enajenamiento que el espectáculo provoca en la gente. El #NOERAPENAL
como consuelo del conformismo de la selección mexicana al tenerle miedo a
Holanda tras haberle hecho un golazo. Claro que la naranja mecánica
aprovecharía ese miedo y en cuestión de 6 minutos aplastaría al país que me vio
nacer. Las ilusiones que se vinieron construyendo de nada sirvieron y ahora
solo se piensa en el hubiera y en el proceso mundialista de los próximos 4
años, (México se clasifica en este mundial entre los 10 mejores). Messi ignorando
el saludo de un niño antes de iniciar el juego, y así hasta el infinito de
risas y reflexiones en twitter y facebook que se replicaban por otros medios,
la televisión y radio incluidos.
Todo esto a mi consideración hace que gente
que normalmente no se interesa por el deporte de las patadas al balón esté al
tanto de lo que sucede y pase un buen rato con el show y diversión que se
genera alrededor de un simple juego de 90 minutos. Somos humanos emocionales que requerimos de la
dosis de un evento de esta magnitud para durante un mes tener algo en común.
Nos vemos en Rusia 2018
Romeo Jiménez O.