Una de las primeras cosas que aprendí tocar en la guitarra fue la melodía del tema principal de Los Simpsons, esa melodía inconfundible y que suena al inicio de cada episodio mientras vemos como los personajes se presentan en la ficticia ciudad de Springfield.
Los Simpsons son referente
cultural, para mi generación al menos,
aunque estoy seguro que también para una generación anterior y generaciones
siguientes. Nací en los años 80’s en 1986 para ser exactos. El primer sketch
de Los Simpsons se transmitió en 1987. En mi país México se empezaron a transmitir
en 1991, ya tenía yo 5 años de edad, los suficientes para entender un poco que
era una caricatura cómica que mis padres no creían conveniente que viera.
El tiempo fue avanzando y con
ello las temporadas de la serie se fueron puliendo, los chistes se volvieron
más concretos y la sátira más cruda por lo que adquirieron mayor relevancia. Tal
vez yo con unos 10 años de edad ya podía tener el premiso de mis papás para ver
la caricatura, aunque recuerdo a mi propio padre diciendo que aunque la viera
no le entendería del todo. Lo que él quería decir es que las referencias y los
mensajes no podían ser decodificados debido a mi corta edad. Tenía razón, me explico:
Había referencias sexuales, sobre la vida social y política de Estados Unidos (país
vecino), sarcasmo, chistes oscuros sobre personajes de otras épocas, drogas también.
Citando a Bob Dylan: pero yo era más viejo entonces, soy más joven ahora. Dentro de mi desarrollo cultural,
emocional y educacional llegó la música. En casi todos los sentidos me cambió. Mi
pubertad fue definida por la música todo lo que oía del radio era asimilado,
muchas cosas las fui desechando pero muchas otras permanecieron en mí muy dentro,
tanto que hasta la fecha significan demasiado; The Beatles por ejemplo. Y es aquí donde retomo el tema de Los Simpsons. Recuerdo aquellos
capítulos en los que se hace referencia al famoso Cuarteto de Liverpool, el
capítulo de Lisa Vegetariana donde aparece Paul McCartney u otro episodio dónde
el propio Ringo Starr envía una carta a Marge Simpson agradeciéndole una
pintura que esta le había realizado. Pero de todos esos capítulos el más
interesante para mí como adolescente fue en el que Homero Simpson cuenta la
historia de cómo tuvo un cuarteto vocal que fue ‘más famoso que Jesús’.
Las referencias y similitudes gráficas y de la historia del cuarteto de Homero llamado los Borbotones -en inglés Be Sharps- son bellisimas por mencionar un adjetivo que se queda corto. Incluso en dicho capítulo hacia el final aparece George Harrison guitarrista de The Beatles.
En el momento que vi por primera ves el capítulo mencionado yo no era tan
fan de The Beatles pero conocía al menos un poco de su historia y tantas
referencias (las parodia a portadas famosas de discos, la llegada a América y la ruptura del grupo, ¡el concierto en la
azotea!) fueron un detonante para seguir aún más la serie de los personajes
amarillos. La sorpresa está en que en muchos capítulos existen referencias a diversos
grupos o solistas relevantes, muchos de ellos en claro sentido de homenaje. The Who,
The Rolling Stones, The Ramones, Sonic Youth, Cypress Hill y los Smashing
Pumpkins, Metallica , U2, The White Stripes, y un largo etcetera.
Los Simpsons, la música y yo. Esos
tres elementos van de la mano. No sería quien soy sin el humor de los
habitantes de Springfield y no respetaría tanto a su show de no haber incluido
tantas y tan buenas referencias musicales. Están ahí también grandes momentos
donde canciones clásicas refuerzan el sentido de lo que estamos viendo. Escribiré
próximamente de la maestría de la música incidental –en su mayoría compuesta
por Alf Clausen- y que ayuda al programa de manera inmejorable.
Romeo Jiménez